miércoles, 20 de mayo de 2015

SESIÓN TEÓRICA ESTADÍSTICA Y TICS: semana 5

A la hora de realizar nuestra investigación debemos formular unos objetivos que definan a donde queremos llegar con ella, es decir, profundizar en el tema escogido, comprobar la relación entre las variables... De este modo conseguiremos objetivos pertinentes, concretos, realistas y mensurables.

Para ello es necesario plantearse una hipótesis. Una hipótesis es un estado conjetural que enlaza las variables independiente e dependiente de nuestro estudio. La variable independiente es la predictora y la dependiente, como su nombre indica, es el resultado de la independiente.
A raíz de ello, podemos encontrarnos dos tipos de hipótesis:
  1. Hipótesis nula: rechaza la relación entre las variables.
  2. Hipótesis alternativa: acepta la relación entre las variables. Debe existir dos hipótesis alternativas, una contraria a la otra.
Además de plantearnos una hipótesis debe construirse un marco teórico que formule de manera precisa una pregunta a partir del problema que se presente, localizar y evaluar pruebas disponibles en la literatura científica y aplicar las conclusiones de esta evaluación a la práctica. Para formular la pregunta es necesario reducirla a elementos claros y precisos como pueden ser: paciente o problema de interés, intervención que se a considerar acompañada de la intervención de comparación y el resultado que se valorará.

La evaluación crítica de la literatura intenta determinar el nivel de evidencia. Por ello observamos diferentes niveles de evidencia:
  1. Nivel de evidencia I: encontramos a los ensayos clínicos de alta calidad. Se disminuye el riesgo de cometer sesgos.
  2. Nivel de evidencia II: obtenida de ensayos clínicos de alta calidad, pero con probabilidad alta de resultados falsos positivos y falsos negativos. También disminuye el riesgo de cometer sesgos.
  3. Nivel de evidencia III: se obtiene de estudios analíticos tipo cohorte o casos y controles.
  4. Nivel de evidencia IV: dentro de ella se encuentran opiniones de autoridades respetadas o informes de comités de expertos.
De estos niveles de evidencia, surgen tres grados de recomendación aplicables a criterios de calidad a distintos niveles: el grado 1 corresponde a una evidencia satisfactoria, el grado 2 a una evidencia razonable y el grado 3 a una evidencia pobre.



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